Erguida durante la ocupación de los Moros sobre la colina de Sabika en Granada, Alhambra (alqala hamra, Fortaleza Roja - en árabe) es uno de los mayores exponentes, no sólo de la delicada arquitectura árabe como también de su milenaria cultura.

Nacida originalmente para ser una fortaleza, la Alhambra fue, al mismo tiempo, una alcazaba (fortaleza), un alcázar (palacio) y una pequeña medina (ciudad).

Sólo la mención de su nombre evoca, para muchos, además del recuerdo de un pasado histórico pleno de vida; el encanto que las leyendas orientales siempre proporcionaron a aquellos que a ellas se rindieron.

 

fotoComo dijo el poeta árabe Ibn Zamrak (siglo XIV):

 

"Detente en la explanada de Sabika y mira a tu alrededor. La ciudad es una dama cuyo marido es el monte. Está ceñida por el cinturón en su garganta... Mira las arboledas rodeadas por los arroyos: son como invitados a quienes escancian las acequias... La Sabika es una corona sobre la frente de Granada, en la que querían incrustarse los astros. Y la Alhambra (¡Dios vele por ella!) - Es un rubí en lo alto de esa corona."

 

Esta situación, de elevada montaña, es una invitación a la contemplación de sus paisajes que son únicos, por su luz, sonidos y armonía.

La Alhambra proporciona, de forma acogedora, un contacto profundo con el universo de la belleza, una belleza que, sensualmente oculta, necesita ser descubierta por su visitante.

Este ambiente, formado por palacios y jardines, no sin intención, nos sugiere momentos de introspección.

Inspirado en esta mágica vibración surge, en el Brasil, el Proyecto Alhambra, que busca crear un ambiente armonioso que facilite el acceso a frecuencias más refinadas y de esta forma colaborar para el desarrollo humano en su búsqueda por el autoconocimiento.

En breve, nuevas informaciones.